LITERATURA MÉDICA (continuación)
Obras de farmacología
Quizás fue este campo uno de los más significativos, dentro de la literatura médica, más fructíferos de la producción andalusí.
Los botánicos-farmacólogos andalusíes seguían una metodología de trabajo:
- Recoger las aportaciones de Dioscórides y otros autores tanto clásicos como árabes orientales.
- Incrementar la lista con los nombres y descripciones de otros simples no mencionados por Dioscórides y la tradición posterior -tanto andalusí como de otras culturas-
- Llevar a cabo la clasificación. Estos conatos de clasificación culminaron, a principios del siglo XII, con la "Umda", atribuida al sevillano Abul Jayr, en la que aparece el primer intento conocido de clasificación taxonómica de los vegetales.
Tratado de botánica de al-Gafiqui
Uno de los pioneros en esta materia fue el muladí Ibn Yulyul (Córdoba, siglo X), ya participó en la traducción de la Materia médica de Dioscórides, siendo posteriormente autor de "La explicación de los nombres de los medicamentos simples del libro de Dioscórides" en la que señaló los sinónimos de los medicamentos mencionados en la obra del sabio griego, en otras lenguas conocidas, facilitando así su identificación.
Otros autores de la especialidad farmacológica fueron: Said ben abd Rabbihi (m. en 953-54 o 966-67), que entre otras obras escribió el "Kitab al-agrabadin" que es un tratado sobre los medicamentos compuestos; HAmid ibn Samayun (m. 1001) autor de un tratado de simples organizado alfabéticamente; Abd al.Rahmán ibn Ishaq ibn al-Haytam, médico predilecto de Almanzor, autor de un tratado sobre los remedios específicos titulado "Al Itidad"
Posiblemente el más destacado de los farmacólogos andalusíes, y musulmanes en general, fuese el malagueño Abu Muhammad Abd Allah ibn Ahmad Diya-l- Din al-Malaqui, más conocido por Ibn al BAytar (m. 1248). ëste viajero incansable y jefe de herboristas de palacio en El Cairo, es autor de una monumental obra que recoge mil quinientas drogas provenientes de fuentes clásicas y otras quinientas de origen árabe, su "Al-yami li-mufradat ad-adwiya wal afdiya" (Colección de nombres de alimentos y medicamentos simples) es la obras más completa y sistematizada de la farmacología medieval musulmana.
Tratados de oftalmología
Una especialidad que alcanzó un alto nivel dentro de la medicina andalusí fue la oftalmología, demostración de este hecho es la amplia bibliografía existente sobre esta especialidad médica.
El cordobés Abu Mutarrif al-Rahmán ben Muhammad (Ibn Wafid) (m. 1075) escribió el tratado "Tadqiq al-nazar fi ilal hassat al-basar" (Observaciones sobre el tratamiento de las enfermedades de los ojos); Abu Bakr Muhammad (1110-1198) fue autor de una obra similar.
Pero los pilares de la oftalmología andalusí corresponden al siglo XII; me refiero a Sulaiman ben HArit al-Kuwati (Alcoati) [1] autor de la obra más difundida de cuantas se escribieron sobre el tema, el Kitab al-uyun" (Libro del ojo), en el que trata de la anatomía del ojo, mencionando también enfermedades que pueden afectarle, operaciones, y tratamientos con simples para las enfermedades oculares. El otro gran oftalmólogo andalusí fue Muhammad ibn Qassum ibn Aslam al-Galiqi, éste cordobés es autor del Kitab al-mursid fi-l-kuhl" (Guía del oculista) en el que se recogen gran cantidad de drogas de utilidad oftálmica, igualmente describe instrumentos operatorios de utilidad para esta disciplina.
Tratados sobre otras especialidades médicas
Los médicos andalusíes nos han legado tratados sobre diversas especialidades médicas, amén de las ya mencionadas.
En obstetricia tenemos la obra de Arib ben Said (Córdoba 918-980) autor del "Libro de la generación del feto, régimen de embarazadas y recién nacidos", en el se ocupa también de sexología, ginecología, y pedriatría. Un detalle curioso del libro es que en el se habla de un caso de de hermafroditismo.
Muy pronto aparece un tratado sobre la interpretación clínica de la orina, a la que los médicos musulmanes otorgan gran importancia, la obra fue escrita por Klaed ben Yazid ben Rumi.
El gran Maimónides nos legó obras específicas sobre varias especialidades. ·Tratado sobre las hemorroides", "Tratado sobre el asma", "Tratado sobre el coito", etc., otra obra curiosa en el "Kitab al-misad" (Libro de la almohada) de la que es autor Ibn al-Wafid (1007-1074).
Maimónides
La gran peste que asoló Almería en 1348, y que posteriormente se extendió por toda Andalucía, dio lugar a algunas obras sobre esta grave enfermedad; cabe mencionar la del almeriense Abu Yafar Ahmad ibn Ali ibn Jatima (m. 1369); la de Alí al-Sagri (1327) o la del visir de Muhammad V, Lisan al-din ibn al-Jatib (1313-1374)
TEORÍA Y PRÁCTICA
Estructura de la Medicina según Ibn Rusd
La práctica médica
Hubo una medicina académica pero también existió siempre otra medicina más empírica. Este bagaje médico puramente empírico y pragmático está lleno de reglas de vida higiénica y sanitaria e indicaciones dietéticas.
Desde los primeros tiempos el ejercicio médico se vio estratificado en una serie de gradaciones. A la más alta categoría, el hakim (maestro), seguían otros títulos, como el de tabib o rabám, que no podrían concederse a un cirujano - es conocido el poco respeto que la sociedad musulmana de la época tenía hacia la práctica quirúrgica-; otra categoría de rango inferior era la de mutatabid, que se puede traducir como la de un simple práctico sin conocimientos académicos; en el último peldaño estaba el mudawi o curandero, que ejercía su "ciencia" en los ámbitos rurales o en los abigarrados zocos de las madinas musulmanas.
Médico pasando consulta
En un principio los practicantes de la ciencia médica eran a la vez médicos, cirujanos, y farmacéuticos. Quizás fuese a partir de Avenzoar, considerado el primer "médico puro", con el que se empiezan a separar las tres actividades mencionadas.
La práctica médica, con el paso del tiempo, fue cada más reglada, en algunos manuales se prescriben hasta las normas indumentarias y cosméticas del que debía visitar a los enfermos.
Un antiguo manuscrito de Estambul dice en su prólogo: "quién quiera convertirse en médico provechoso y sabio, deberá guiarse por las recomendaciones del sabio Hipócrates", esta indicación quizás sea el inicio del juramento hipocrático mantenido aún en la actualidad.
Médicos realizando el juramento hipocrático
La exploración de los enfermos se reducía a escuchar el relato del paciente, completándolo con alguna pregunta aclaratoria. Fijaron su atención, desde el principio, en el examen de la orina, de la que debieron ser verdaderos expertos en su interpretación, y el control del pulso.
[1] Algunos autores hablan de su origen godo, otros mencionan que era judío.
[2] Esto podría dar pie a pensar que en el Islam existieron organizaciones médicas (sinf), según apuntan Mª Mar García Torres y Mª Dolores de la Hoz en su prólogo para la obra de Fidel Fernández Martínez "La medicina árabe en España"
CONTINUARÁ
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